La gastroenteritis es una infección o inflamación de la mucosa del estómago y el intestino que puede estar causada por virus, alimentos contaminados o medicamentos, aunque algunas enfermedades también pueden ocasionar un cuadro sintomático similar.
Causas
La gastroenteritis puede afectar a una persona o a un grupo de personas que hayan ingerido el mismo alimento o hayan tomado la misma agua. Los microorganismos pueden entrar a su organismo de distintas maneras:
- Directamente del alimento
- Por medio de objetos como platos y utensilios para comer
- Se pueden transmitir de una persona a otra por contacto cercano
Muchos tipos de virus la pueden causar gastroenteritis. Los virus más comunes son:
- El norovirus (o virus similar a Norwalk) es común entre niños en edad escolar. También puede causar brotes en hospitales y en barcos de cruceros.
- El rotavirus es la principal causa de gastroenteritis grave en niños. También puede infectar a adultos expuestos a niños con el virus y a personas que viven en asilos de ancianos.
- El astrovirus.
- El adenovirus entérico.
Las personas con el mayor riesgo de gastroenteritis grave son los niños pequeños, los adultos mayores y las personas que tienen un sistema inmunitario debilitado.
¿Quién puede padecer gastroenteritis?
La gastroenteritis vírica puede afectar a cualquier persona de todo el mundo, aunque son los menores de cinco años y los ancianos quienes presentan mayor riesgo de padecerla. También las personas con un sistema inmunitario debilitado son más propensas a contagiarse.
Alimentación, dieta y nutrición
Cuando una persona tiene gastroenteritis viral puede vomitar después de comer o perder el apetito por un corto tiempo. Cuando el apetito regresa, con frecuencia puede volver a comer su dieta normal, incluso si todavía tiene diarrea. La mayoría de los expertos no recomiendan ayunar o seguir una dieta restringida.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de la gastroenteritis vírica aguda, que surgen entre cuatro y cuarenta ocho horas después del contacto con el virus, varían en función del tipo de virus que haya causado la infección. En general, pueden ser los siguientes:
- Dolor abdominal.
- Diarrea, que puede llegar a ser líquida.
- Náuseas y vómitos.
- Dolores musculares y articulares.
- Fiebre, escalofríos y/o sudoración.
- Transpiración o piel transpirada.
- Falta de apetito.
- Pérdida de peso.
¿Cómo combatir la gastroenteritis?
La higiene y la correcta manipulación de los alimentos es clave a la hora de prevenir la transmisión de la gastroenteritis vírica, a continuación daremos algunas recomendaciones para combatir esta enferdmedad
- Hidrátate mucho, pero poco a poco. Durante los episodios más agudos de la enfermedad, asegúrate de reponer los líquidos y sales que estás perdiendo bebiendo muchos líquidos (agua con limón, bebidas isotónicas, infusiones, zumos sin pulpa…), pero no bebas demasiado de golpe, pues puede provocarte nuevos vómitos. Consulta a tu farmacéutico la posibilidad de tomar soluciones de rehidratación oral.
- Consume sólo ciertos alimentos. Durante la fase en la que aún existan síntomas, como la diarrea, hay que seguir una dieta específica como té o infusión para desayunar o merendar; arroz cocido y pechuga de pollo a la plancha para comer; y sopa de pasta, merluza hervida o jamón cocido para cenar.
- Aliados en tu recuperación. Algunas frutas como el plátano, membrillo, la manzana (pelada y rallada) y el níspero son muy recomendables durante la fase de recuperación de la enfermedad, pues, gracias a su composición rica en taninos y pectina, poseen propiedades astringentes. Durante la fase aguda no utilices leche, es preferible recurrir a los yogures.
- Lávate las manos a menudo. Para no contagiar a otras personas, lávatelas después de ir al baño o tras cambiar pañales. Hazlo cuidadosamente con agua tibia y jabón o, en su defecto, con alguna solución a base de alcohol, durante al menos quince segundos.
- Manipula y conserva bien los alimentos. Cualquier alimento que se sirve crudo o que se manipula de manera inadecuada puede contaminarse con norovirus. Por eso, lava y enjuaga bien las verduras de hojas verdes, como la lechuga o la espinaca, las frutas frescas y los moluscos vivos.
- Máxima limpieza en la cocina. Realiza una limpieza escrupulosa de los cubiertos, utensilios de cocina y superficies, especialmente tras un episodio de vómitos o diarrea, para mantener a los virus causantes de la gastroenteritis lejos del organismo.
- No tomes antibióticos. En el caso de la gastroenteritis vírica, es decir, causada por virus y no por bacterias, los antibióticos resultan totalmente inútiles. No existe medicación específica para esta afección; en todo caso, puede ser necesario tomar analgésicos o antieméticos para tratar posibles síntomas como los vómitos o la fiebre.
- Los antidiarreicos no ayudan. Este tipo de medicamentos no se deben suministrar, tampoco a los niños, sin hablar primero con el médico, ya que pueden hacer que la infección dure más tiempo. A las personas que toman diuréticos y desarrollan diarrea, el médico les puede recomendar suspender el consumo de estos medicamentos durante un episodio agudo.
- La deshidratación, bajo control. Es la principal complicación de la gastroenteritis, por lo que es importante reconocer sus síntomas -piel seca y arrugada; irritabilidad o confusión; mareos o aturdimiento; latidos cardíacos y respiración rápidos, entre otros- y acudir al médico ante ellos. Además, el riesgo de deshidratación es mayor en los bebés y niños pequeños, por lo que los padres deben supervisar el número de pañales mojados cambiados al día cuando su hijo está enfermo.
- Consulta a tu médico si el proceso no remite.
Los síntomas asociados a la gastroenteritis suelen desaparecer por sí solos al cabo de entre uno y tres días, aunque pueden llegar a durar hasta quince. Si pasado ese tiempo sigues presentando molestias, acude a tu especialista de cabecera. Consúltale también antes de dejar de tomar cualquier medicamento prescrito anteriormente a caer enfermo.